viernes, 23 de octubre de 2015

¿POR QUE SACARON DEL MERCADO A LA TORTUGA JAPONESA?

¿De dónde proceden en  realidad las tortugas que  se venden en tiendas de mascotas y acuarios?

Mucho se ha dicho acerca de la procedencia exacta de los millones de tortugas japonesas que salen de los Estados Unidos hacia el mercado de mascotas en el resto del mundo, incluido nuestro país. Quienes las exportan se autonombran “productores” de estas tortugas, dicho de otro modo, se consideran como propietarios de “granjas de tortugas”. Este término significa formalmente que se trata de un sitio en donde se reproduce continuamente a estos animales, a partir de tortugas nacidas en cautiverio.

Esto no resulta cierto en ningún caso con los “productores” de tortugas en dicho país, pues realmente lo que hacen es capturar tortugas en regiones naturales, y solamente cosechan las crías que son producidas por estas tortugas netamente silvestres. De hecho, cada año estos productores se ven en la necesidad de reemplazar a cerca del 10% de las tortugas que usan como reproductoras, debido a la mortalidad que se da en los estanques que ellos manejan y que soportan altísimas densidades de animales, las tortugas padecen un gran estrés por vivir hacinadas, lo que disminuye su expectativa de vida.

¿Cuál es la realidad de la tortuga japonesa en el mercado de mascotas? ¿Son mascotas desechables?

El mercado de mascotas tiene sin duda entre sus líderes en cuanto a volumen de ventas a la tortuga
japonesa, en el lapso de 1989 a 1994 se exportaron de Estados Unidos más de 26 millones de ejemplares, es decir, más de 5 millones de tortugas por año. En la actualidad, seguramente estas cifras se mantienen y no sería extraño que incluso se hubieran incrementado.
Lamentablemente, este enorme número de tortuguitas es vendido a aficionados, quienes no cuentan en lo absoluto con la información y conocimientos que deberían manejar las personas involucradas en la cadena de comercialización para informar y educar al público, y de esta manera lograr un apropiado manejo de tales animales en cautiverio. El resultado de dicho problema es la elevada mortalidad (muertes) que tienen estas tortugas durante el primer año de vida, que se estima es de alrededor del 90%, es decir, cerca de 4.5 millones de individuos al año.

Así pues, el impresionante número de tortugas que mueren desde que son transportadas de Estados Unidos y durante las primeras semanas cuando son compradas por aficionados, sólo se compara con la enorme ignorancia que se tiene en las tiendas de mascotas, sumando una importante carencia de ética con los clientes, ya que por lo general sólo se interesan por la ganancia económica. Un riesgo adicional que la gente ignora es que las tortugas, como muchos otros reptiles, son portadoras naturales de la bacteria Salmonella.


La combinación de todos estos factores da como resultado una costumbre aberrante: que se considere a estas tortugas como “mascotas desechables”.

Muchas veces se regalan estos animalitos a niños pequeños, supuestamente para enseñarlos a “ser responsables”. Si bien el niño puede empezar a ayudar con algunas cosas y aprender hábitos, no podemos hacerlo responsable de la vida de otro ser, cuando el pequeño mismo está en formación y aprendiendo antes que nada, a cuidar de sí mismo. Cuando hay un animalito en casa, la responsabilidad finalmente recae en los padres, quienes muchas veces ni deseaban tener a su cuidado un animal, o no tienen el conocimiento y los medios para proporcionarle una calidad de vida óptima.

Problemática  ambiental.

Actualmente estas tortugas  están catalogadas como plaga, ya que como se mencionó anteriormente, la gente que las adquiere no tiene el conocimiento de lo que compra y se deja llevar sólo por su tamaño y lo aparentemente fácil de su cuidado, sin conocer el tamaño que alcanzarán las tortugas al crecer (de 20 hasta 40 cm) y que pueden vivir ¡hasta 40 años! Como desenlace, las gente termina abandonándolas.

Esta especie causa un impacto negativo en el medio ambiente cuando es abandonada en un lugar del que no es originaria, pues desplaza a las especies que lo habitan. Su gran apetito y capacidad omnívora la convierte en una amenaza para muchas especies que no estaban preparadas para defenderse de un nuevo depredador; también pueden arrasar con plantas acuáticas que servían de alimento para otros animales, y pueden además transmitir enfermedades.


En cautiverio estas tortugas normalmente viven menos y sufren mucho debido a la nula experiencia  de la gente que las adquiere y que piensa que son mascotas ideales para niños, usualmente su calidad de vida no es buena ya que sufren de frío, mala nutrición, descuido, y finalmente, abandono en  lagos de parque públicos, zoológicos o lagos y ríos naturales en los que como se mencionó, pueden dañar al medio ambiente y a las especies originarias del lugar, como ocurre por ejemplo con los ajolotes en Xochimilco, especie endémica (es decir, que sólo se encuentra en ese lugar en todo el planeta), y que se está en peligro de extinción.

3 comentarios:

  1. Que mal tan bonitas que son estas tortugas aun que creo que en su totalidad es injusto que las tengamos en cautiverio por que personalmente no me gustaría que alguien me secuestrara y me dejara encerrado de porvida.

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  2. ya no hay de hecho su veta esta prohivida... afortunados los que tienen tortugitas

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