La clasificación de los diferentes
tipos de radiación se realizó entre los años 1898 y 1902. Ernest Rutherford,
por entonces un joven estudiante de investigación en el Cavendish Laboratory, identificó dos tipos de
“rayos” radiactivos que designó con las letras griegas alfa y beta.
El esquema obedecía, entre otras propiedades, a la capacidad de penetración de la radiación en la materia, siendo la radiación alfa mucho menos penetrante que la beta. A mediados de 1902 añadió un tercer tipo, todavía más penetrante que los anteriores, que denominó gamma. Hoy en día sabemos que la radiación alfa consiste en la emisión de núcleos de helio (formados por dos protones y dos neutrones) por parte de un núcleo atómico inestable, la radiación beta son electrones emitidos en el proceso de desintegración beta y los rayos gamma son fotones de alta energía.
Las partículas alfa emitidas por los radionucleidos naturales no son capaces de atravesar una hoja de papel o la piel humana y se frenan en unos pocos centímetros de aire. Sin embargo, si un emisor alfa es inhalado (por ejemplo, el 210Po), ingerido o entra en el organismo a través de la sangre (por ejemplo una herida) puede ser muy nocivo.
Las partículas beta son electrones. Los de energías más bajas son detenidoss por la piel, pero la mayoría de los presentes en la radiación natural pueden atravesarla. Al igual que los emisores alfa, si un emisor beta entra en el organismo puede producir graves daños.
Los rayos gamma son los más penetrantes de los tipos de radiación. La radiación gamma suele acompañar a la beta y a veces a la alfa. Los rayos gamma atraviesan fácilmente la piel y otras sustancias orgánicas, por lo que puede causar graves daños en órganos internos. Los rayos X (*) caen en esta categoría –también son fotones– pero con una capacidad de penetración menor que los gamma.
A los tipos de radiación clasificados
por Rutherford, debe añadírsele la radiación por neutrones, que aparece en la
naturaleza en el proceso de fisión espontánea. Los neutrones tienen mayor
capacidad de penetración que los rayos gamma, y sólo puede detenerlos una
gruesa barrera de hormigón, agua o parafina (compuestos muy ricos en
hidrógeno).
(*) Si bien se trata del mismo tipo
de radiación, se mantiene la nomenclatura gamma y X debido a la causa que la
produce: mientras que los rayos gamma son de origen nuclear (reestructuración
del núcleo atómico), los rayos X tienen su origen en la reestructuración de los
electrones en la corteza atómica.
Todo tiene su efecto "BOOMERANG" nosotros contaminamos al aire provocando daños a la capa de ozono por eso es más fácil que este tipo de radiaciones lleguen a nosotros dañando nuestro organismo. (AY QUE BAJARLE A LA CONTAMINACIÓN)
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