La fermentación es un proceso anaeróbico y
en él no interviene la mitocondria ni la cadena respiratoria. Son
propias de los microorganismos, como algunas bacterias y levaduras (hongos
microscópicos unicelulares).
También se produce la fermentación en la
mayoría de las células de los animales (incluido el hombre), excepto
en las neuronas que mueren rápidamente si no pueden realizar la respiración celular ;
algunas células, como los eritrocitos (Glóbulos rojos), carecen de
mitocondrias y se ven obligadas a fermentar; el tejido muscular de los
animales realiza la fermentación láctica que es una clase de
respiración anaerobia, cuando el aporte de oxigeno a las
células musculares no es suficiente para el metabolismo aerobio y la
contracción muscular. Se forma ácido láctico, cuya acumulación produce
dolor y calambre.
La respiración celular que emplea oxígeno en la fase final de
oxidación de los alimentos se denomina "respiración aeróbica". Como
productos finales de las reacciones implicadas en ella se produce
energía, agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2).
Si bien cuando
comemos ingerimos proteínas, grasas y azúcares, la célula posee la
maquinaria necesaria para convertirlos a todos en glucosa, una forma de
azúcar utilizada como combustible en la primera etapa de la respiración
celular aeróbica: la glucólisis. Podés ver una animación de cómo
funciona el ciclo de la glucosa en el siguiente enlace: Ciclo de Krebs.
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