RAYA GIGANTE
La raya gigante es uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo, pero también está envuelta en el misterio. Nadie sabe a ciencia cierta cuántas rayas gigantes quedan, qué hábitats prefieren o si alguna vez se aventuran en el mar, donde viven sus parientes más conocidas.
Este antiguo pez, que ha cambiado poco a lo largo de muchos millones de años, puede alcanzar cinco metros de longitud y pesar hasta 600 kilos. Son de un color entre marrón y gris, de forma ancha y plana, y cuentan con una larga cola parecida a un látigo.
Se sabe que las rayas gigantes habitan las cuencas fluviales de Tailandia, Borneo, Nueva Guinea y el norte de Australia. Suelen enterrarse en fondos fluviales arenosos o limosos y respiran por orificios o pequeñas espirales ubicadas en el lomo. Las rayas localizan a sus presas, normalmente almejas y cangrejos, con un sensor capaz de detectar el campo eléctrico de un animal.
La población de rayas parece haber descendido drásticamente en los últimos años a medida que sus hábitats fluviales se van degradando y parece que ya no habitan algunas de las zonas de su territorio histórico. Se conocen casos en que rayas grandes han tirado de barcas río arriba o en que incluso las han hundido.
Aunque las rayas no suelen atacan al ser humano, son uno de los pocos grandes peces que pueden suponer un peligro real para quienes tratan con ellos. Cada raya cuenta con una punta mortífera en la base de la cola que puede penetrar fácilmente la piel humana e incluso el hueso, de forma parecida a un arco de caza. Este aguijón puede tener hasta 38 centímetros de largo y suele introducir toxinas en la herida de la víctima.
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