sábado, 9 de enero de 2016

Esperanza para los animales



Bandit, es un toro que lamentablemente ha corrido la suerte de muchos otros de su especie: ha pasado prácticamente toda su vida encadenado y confinado a un pequeñísimo lugar sin espacio suficiente para moverse demasiado. Pero esa realidad está a punto de cambiar. Al principio cuando el hombre de rojo llamado Christian entra a la habitación donde están Bandit y otras vacas y toros, todos ellos parecen un poco confundidos. ¿Qué querrá ese hombre? Bandit recibe de muy buena gana las caricias que él le da y luego ocurre lo que Bandit ha esperado por lo que parece una eternidad. 

Apenas lo libran de sus cadenas, Bandit da una especie de baile de la libertad. Al fin puede revolcarse en ese montón de paja que ha tenido frente a sus narices todo este tiempo.


Su extrema alegría nos deja entrever algo bastante triste… probablemente esta es la primera vez en mucho tiempo que se ha sentido feliz. Pero gracias al equipo del santuario de animales Gut Aiderbichl esa triste vida quedará atrás y Bandit lo sabe. Él muestra su gratitud a Christian, de la única forma que conoce: demostrándole cariño.




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