En la época en la que Mendel
realizó sus investigaciones no se conocían los genes ni el papel de la meiosis
en la herencia de los caracteres.
En 1902, W.S. Sutton en Estados
Unidos y T. Boveri en Alemania, propusieron la hipótesis de que los factores
hereditarios de Mendel se localizaban en los cromosomas, ya que creían que la
separación de los cromosomas durante la meiosis era la base para explicar las
leyes de Mendel.
En 1911, T.H. Morgan, después de
realizar numerosos experimentos con la mosca de la fruta o del vinagre
(Drosophila melanogaster) concluyó que muchos caracteres se heredan juntos
debido a que los genes (término propuesto por W. Johannsen en 1909) que los
codifican se encuentran juntos en un mismo cromosoma, es decir, se hallan
ligados. Nace así la teoría cromosómica de la herencia, la cual ha tenido
aportaciones posteriores, y hoy día puede resumirse en los siguientes
postulados:
a) Los factores (genes) que determinan los factores
hereditarios del fenotipo se localizan en los cromososmas.
b) Cada gen ocupa un lugar específico o
locus (en plural es loci) dentro de un cromosoma concreto.
c) Los genes (o sus loci) se encuentran
dispuestos linealmente a lo largo de cada cromosoma, la distancia entre genes
se mide en centimorgan (cM).
d) Los genes alelos (o factores
antagónicos) se encuentran en el mismo locus de la pareja de cromosomas
homólogos, por lo que en los organismos diploides cada carácter está regido por
una par de genes alelos.
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