EL DENGUE
El
dengue es una enfermedad vírica transmitida por mosquitos que se ha propagado
rápidamente en todas las regiones de la OMS en los últimos años. El virus del
dengue se transmite por mosquitos hembra principalmente de la especie Aedes
aegypti y, en menor grado, de A. albopictus. La enfermedad está muy extendida
en los trópicos, con variaciones locales en el riesgo que dependen en gran
medida de las precipitaciones, la temperatura y la urbanización rápida sin
planificar.
El
dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico) fue identificado
por vez primera en los años cincuenta del siglo pasado durante una epidemia de
la enfermedad en Filipinas y Tailandia. Hoy en día, afecta a la mayor parte de
los países de Asia y América Latina y se ha convertido en una de las causas
principales de hospitalización y muerte en los niños de dichas regiones.
Se
conocen cuatro serotipos distintos, pero estrechamente emparentados, del virus:
DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Cuando una persona se recupera de la infección
adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin embargo,
la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal. Las
infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de
padecer el dengue grave.
Transmisión
El
vector principal del dengue es el mosquito Aedes aegypti. El virus se transmite
a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas. Tras un
periodo de incubación del virus que dura entre 4 y 10 días, un mosquito
infectado puede transmitir el agente patógeno durante toda la vida.
Las
personas infectadas son los portadores y multiplicadores principales del virus,
y los mosquitos se infectan al picarlas. Tras la aparición de los primeros
síntomas, las personas infectadas con el virus pueden transmitir la infección
(durante 4 o 5 días; 12 días como máximo) a los mosquitos Aedes.
El
mosquito Aedes aegypti vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente
en recipientes artificiales. A diferencia de otros mosquitos, este se alimenta
durante el día; los periodos en que se intensifican las picaduras son el
principio de la mañana y el atardecer, antes de que oscurezca. En cada periodo
de alimentación, el mosquito hembra pica a muchas personas.
Aedes
albopictus, vector secundario del dengue en Asia, se ha propagado al Canadá,
los Estados Unidos y Europa debido al comercio internacional de neumáticos
usados (que proporcionan criaderos al mosquito) y el movimiento de mercancías
(por ejemplo, el bambú de la suerte). Ae. albopictus tiene una gran capacidad
de adaptación y gracias a ello puede sobrevivir en las temperaturas más frías
de Europa. Su tolerancia a las temperaturas bajo cero, su capacidad de
hibernación y su habilidad para guarecerse en microhábitats son factores que
propician su propagación.
Características
El
dengue es una enfermedad de tipo gripal que afecta a bebés, niños pequeños y
adultos, pero raras veces resulta mortal.
Se
debe sospechar que una persona padece dengue cuando una fiebre elevada (40 °C)
se acompaña de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso,
dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas,
vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o salpullido. Los síntomas se
presentan al cabo de un periodo de incubación de 4 a 10 días después de la
picadura de un mosquito infectado y por lo común duran entre 2 y 7 días.
El
dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con
extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria,
hemorragias graves o falla orgánica. Los signos que advierten de esta
complicación se presentan entre 3 y 7 días después de los primeros síntomas y
se acompañan de un descenso de la temperatura corporal (menos de 38 °C) y son
los siguientes: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración
acelerada, hemorragias de las encías, fatiga, inquietud y presencia de sangre
en el vómito. Las siguientes 24 a 48 horas de la etapa crítica pueden ser
letales; hay que brindar atención médica para evitar otras complicaciones y
disminuir el riesgo de muerte.
Tratamiento
No
hay tratamiento específico para el dengue.
En
caso de dengue grave, la asistencia prestada por médicos y enfermeras que
tienen experiencia con los efectos y la evolución de la enfermedad puede salvar
vidas y reducir las tasas de mortalidad de más del 20% a menos del 1%. Es
decisivo mantener el volumen de los líquidos corporales.
Inmunización
No
hay vacuna que proteja contra el dengue. Sin embargo, se han registrado grandes
progresos en ese sentido, tanto contra el dengue como el dengue grave. Se están
elaborando tres vacunas vivas atenuadas tetravalentes que se encuentran en fase
II y fase III de los ensayos clínicos, y hay otras tres vacunas candidatas
(basadas en plataformas de subunidades, ADN y virus inactivado purificado) en
etapas más tempranas de la investigación clínica. La OMS brinda asistencia
técnica y orientación a los países y asociados privados para apoyar las
investigaciones y evaluaciones en torno a una vacuna. Varias vacunas candidatas
se encuentran en ensayos de diversas fases.
Prevención y control
OMS/TDR/Crump
Hoy
por hoy, el único método para controlar o prevenir la transmisión del virus del
dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores:
Evitar
que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevecillos aplicando el
ordenamiento y la modificación del medio ambiente.
Eliminar
correctamente los desechos sólidos y los posibles hábitats artificiales.
Cubrir,
vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua para uso
doméstico.
Aplicar
insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la
intemperie.
Utilizar
protección personal en el hogar, como mosquiteros en las ventanas, usar ropa de
manga larga, materiales tratados con insecticidas, espirales y vaporizadores.
Se
debe vigilar activamente los vectores para determinar la eficacia de las
medidas de control.
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