Los hongos alucinógenos crean un cerebro hiperconectado lo cuál influye
en el efecto que tienen sobre las personas. El ingrediente activo en esta droga
psicodélica es la psilocibina, la cual interrumpe los circuitos de comunicación
normales del cerebro, conectando regiones cerebrales que normalmente no
interactúan.
La psilocibina es conocida por estimular alucinaciones vívidas. Puede
hacer que los colores se vean sobresaturados y disolver los límites entre
distintos objetos.
El equipo internacional de investigadores, liderados por Giovanni Petri,
de la Fundación ISI, en Italia, busca entender como funcionan las drogas
psicodélicas para poder utilizarlas en tratamientos psiquiátricos, en
escenarios controlados, en un futuro. Los científicos saben que la psilocibina se une a un receptor de serotonina en
el cerebro, pero la forma exacta de cómo los hongos alucinógenos transforman
los patrones de comunicación del cerebro aún resulta incierto. Un estudio
anterior encontró que la psilocibina induce al cerebro a un estado
parecido al de los sueños, y que la drogo disminuye la actividad cerebral.
En la investigación, los investigadores utilizaron imágenes por
resonancia magnética funcional (IRMf) para registrar la actividad de 15
voluntarios sanos, primero tras tomar un placebo y posteriormente después de
ingerir psilocibina. El equipo comparó la actividad de los individuos con y sin la droga, y
crearon un mapa de las conexiones entre diferentes regiones. La psilocibina transformó de forma dramática la organización cerebral de
los participantes. Bajo los efectos de la droga, regiones del cerebro,
normalmente incomunicadas, mostraron actividad cerebral estrechamente
sincronizada. Esto sugiere que la sustancia estimulaba conexiones de largo
rango que el cerebro normalmente no haría. Después de que el efecto de la droga
se terminó, la actividad cerebral regreso a la normalidad.
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