lunes, 19 de octubre de 2015

Impacto de la Química en la Sociedad Contemporánea



Impacto de la Química en la Sociedad Contemporánea




El Siglo XX ha visto tres revoluciones sucesivas con profundo impacto en la Sociedad: la revolución química, la revolución nuclear y la revolución electrónica. De éstas la era química es, con diferencia, la que ha entrado más amplia y más profundamente en nuestras vidas cotidianas.

Salud y Bienestar: La revolución industrial produjo un incremento dramático en la población, con un crecimiento notable en las ciudades. Esto acarrea un problema inherente a las multitudes que es la aparición de epidemias por efectos de patógenos en el agua corriente (cólera, tifus,…). La cloración masiva de las aguas, junto a la depuración de las aguas residuales ha servido para evitar la aparición de epidemias masivas. La disponibilidad de agua potable es un elemento de bienestar social del que la Química es responsable.

Cuando se trata de fármacos el papel del químico es evidente. El arsenal terapéutico disponible en Medicina es el responsable (junto a las medidas higiénicas) de un aumento significativo en la duración y en la calidad de vida. Uno de los descubrimientos que ha causado un mayor impacto social ha sido el desarrollo de los anticonceptivos. Los cambios sociales derivados de la posibilidad de decidir por parte de las mujeres el momento de la concepción están todavía sucediendo.
Sin lugar a dudas, todo el conocimiento farmacológico puede usarse para la síntesis de drogas de abuso con los enormes problemas sociales y económicos que conllevan. De nuevo esta doble cara del conocimiento característica dela Ciencia es más visible en la Química.


Alimentación: La explosión demográfica ocurrida desde el siglo XIX hasta la fecha produjo, en sus inicios, visiones apocalípticas sobre el futuro de la humanidad. La fijación del nitrógeno atmosférico (su transformación en compuestos útiles en agricultura) se transformó en una prioridad para la Química ya que la producción de nitratos era vital para el incremento de las cosechas. El proceso de Haber para sintetizar amoniaco desarrollado a principios del Siglo XX permitió resolver el problema de alimentar a una población creciente.








Como otras ocasiones, la producción de amoniaco se desarrolló con objetivos diferentes a la producción de nitratos para la agricultura. El método de Haber no perseguía la producción de fertilizantes sino de ácido nítrico y, desde este ácido, TNT para su uso en armamento. El fácil acceso a este ácido confirió una ventaja estratégica a Alemania durante los primeros años de la primera guerra mundial.

Aún con una fuente rica de nitratos, alimentar a una población creciente tiene un problema adicional: las cosechas son muy sensibles a las plagas (se estima que un 50% de las cosechas en el primer mundo y un 75% en el tercer mundo se pierden por esta causa). El uso de plaguicidas (insecticidas, fungicidas, roedenticidas, etc.) es necesario para mantener un nivel de cosechas que la FAO prevé debe incrementarse por un factor de seis en los próximos años. El uso de pesticidas es uno de los aspectos dela Química más cuestionados socialmente.

 La aparición del libro “La Primavera Silenciosa” (Rachel Carson en 1962) puso en cuestión el uso indiscriminado de pesticidas, y supuso la prohibición de muchos de éstos. Las consecuencias de esta prohibición  todavía son objeto de debate, pero su efecto en el control de plagas transmitidas por insectos ha sido demoledor. Hoy en día se ha reiniciado el programa de control de mosquitos por parte dela ONU. El impacto social del uso y la prohibición de plaguicidas es uno de los aspectos más interesantes de la interacción Química y Sociedad en el Siglo XXI.

 Guerra y Paz. La primera guerra mundial marca el primer uso masivo de productos químicos en dos aspectos diferentes: la producción masiva de altos explosivos (TNT) y el uso masivo de agresivos químicos (“gases de guerra”).  La escalada armamentística continuó imparable durante la segunda guerra mundial, con el desarrollo de gases nerviosos (directamente relacionados con los insecticidas) y nuevos explosivos y materiales. La capacidad destructora dela Química puesta al servicio de la guerra es aterradora Por ello, la sociedad internacional se ha unido en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).



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