El alcohol
es la droga social más utilizada debido a su aceptación en nuestra sociedad
como ingrediente común en todo tipo de celebraciones y acontecimientos. Su uso
se fomenta continuamente mediante la publicidad, que lo relaciona con un modo
vida más desinhibido y feliz. En nuestra sociedad es habitual tomar alcohol en
los momentos importantes de la vida y
así lo hemos ido transmitiendo de generación en generación. Todo ello
hace que el individuo se sienta atraído hacia el consumo de alcohol e incluso
puede ocurrir que el hecho de desvincularse de este consumo generalizado afecte
a la aceptación de algunas personas en su grupo social.
¿Somos
conscientes de la repercusión que el consumo de alcohol tiene en nuestro
cerebro?
Se considera
el alcohol como causante de euforia y desinhibición, pero paradójicamente su
efecto real es que actúa como depresor del sistema nervioso:
Durante el
consumo de alcohol, el etanol que contiene se absorbe por el torrente
sanguíneo, alcanzando el cerebro. Al tratarse de moléculas pequeñas, éstas son
capaces de cruzar la barrera hematoencefálica, encargada de proteger al tejido
cerebral de las sustancias dañinas de la sangre que podrían perjudicar su
función.
Es cierto
que tras la llegada del etanol al cerebro, se produce el lanzamiento de
dopamina y endorfina al torrente sanguíneo, responsables de la euforia que
causa el alcohol en un primer momento, pero el etanol potencia también la
actividad de los canales BK que regulan la presión arterial, lo cual disminuye
la excitabilidad de las neuronas. Al ser una sustancia depresora del SNC
(Sistema Nervioso Central) afecta a diversos neurotransmisores en el cerebro
como el GABA y el GLUTAMATO: El GABA, ácido Gama-amino-butírico, es el
principal neurotransmisor inhibitorio del SNC.
Al ser
estimulado por el etanol, el GABA produce
relajamiento y sedación del organismo, similar al efecto producido por
los ansiolíticos, como el diazepan y benzodiazepan, afectando a diversas partes
del cerebro como las responsables del movimiento, memoria y respiración.
El uso
crónico del alcohol reduce el número de receptores GABA por un proceso de
regulación a la baja, lo que produce tolerancia al alcohol y hace que los
individuos necesiten de dosis mayores de alcohol, además de ser responsable de
los cambios violentos en el comportamiento del individuo.
El GLUTAMATO
es el neurotransmisor excitatorio más importante del cerebro humano y tiene un
papel crítico en la memoria y cognición. El consumo crónico de alcohol produce
efectos inhibitorios sobre el glutamato, lo que lleva a un aumento de los
receptores glutamastárgicos en el hipocampo, que es un área importante para la
memoria e involucrada en crisis convulsivas.
Es por ello
que durante la abstinencia alcohólica, al interrupción o disminuir el consumo,
los receptores de glutamato, que estaban habituados a la presencia continua del
alcohol, quedan hiperactivos, pudiendo de desencadenar crisis convulsivas y
accidentes vasculares cerebrales.
El etanol produce la muerte de las células
nerviosas y la inhibición de las células de la corteza cerebral, donde se
encuentran las áreas de asociación, responsables del comportamiento social,
porque albergan los centros del juicio, del autocontrol y otras inhibiciones
aprendidas como parte de un proceso de socialización.
El resultado
es que la persona que ha consumido alcohol puede retroceder a un comportamiento
más primitivo y antisocial, porque la corteza cerebral pierde el control sobre
estas inhibiciones, siendo la causa por la que al consumir nos sentimos
estimulados, cuando en realidad las células de nuestro cerebro se han
deprimido.
Si se
continúa bebiendo, esta depresión se extiende hacia abajo, a través de las
áreas motoras, hasta los centros emocionales ubicados en el cerebro medio,
donde se encuentran los centros que controlan la agresión. Al liberar estos
impulsos se pierde el control sobre las inhibiciones sociales, la coordinación
motora, el habla, la visión y el estado de alerta.
Además de
estas consecuencias producidas durante el consumo de alcohol, después de unas
horas, aparece otra consecuencia directa, lo que conocemos comúnmente como resaca, que no es
otra cosa que la deshidratación cerebral y que se produce porque el cuerpo
tiende a eliminar el alcohol que consumimos mediante metabolización, expulsión
o evaporación con la ayuda de otros órganos.
Para el
proceso del alcohol y su posterior eliminación, los órganos implicados como el
hígado y los riñones requieren de gran cantidad de agua y para ello recurren al
cerebro, compuesto de agua en un 80% para reponer sus propias pérdidas. El
cerebro sufre una deshidratación como consecuencia, que provoca una contracción
del tejido cerebral, asociada a un aumento del volumen ventricular. Esto
provoca los conocidos efectos de la resaca, como sed intensa, dolor de cabeza,
visión borrosa, náuseas, mareo o fatiga.
En estado de
deshidratación, el cerebro debe ejercer un mayor nivel de actividad neuronal
para alcanzar el mismo nivel de funcionamiento que en un estado de hidratación,
por lo que facultades como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de
atención tienden a disminuir.
Hay una
serie de falsos mitos en cuanto al consumo de alcohol a los que cabe prestar
atención:
El consumo
de alcohol nos ayuda a estar menos cansados y más animados: Como hemos explicado, tras la sensación de
bienestar pasajera, el consumo abusivo de alcohol lleva al consumidor en estado
emocional decaído a empeorar su situación y a aumentar su fatiga física.
El consumo de alcohol previene las
enfermedades cardiovasculares: Aunque algunas investigaciones apoyan que el
consumo de alcohol en adultos de forma moderada puede reducir el riesgo de
dolencias coronarias, es necesario conocer que a mayor consumo, mayor riesgo de
sufrir alguna de estas dolencias.
El alcohol facilita las relaciones sexuales:
Aunque, como hemos explicado anteriormente, el consumo inicial de alcohol
provoca desinhibición, su consumo abusivo dificulta las relaciones sexuales,
provocando disfunciones e impotencia en el varón.
Desafortunadamente asi ha sido a lo largo de nuestra vida. es una dorga de eso no nos debemos de olvidar, perp el hecho de que sea legalizada hace que la veamos como algo normal y cotidiano. te imaginas si se legalizara e hielo, la coaina y otras drogs poderosas, como nos veriamos en las fiestas o reuniones, culquier evento, todo mundo drogandose. en lugar de celebrar con otras cosas todos estariamos con nuestro foco o vidrio, depende de lo que usen para consumir la droga jajaja.
ResponderEliminarpero el alcohol lo hayamos excelente que no? pero pensemos un momento en el daño que nos ocasiona al cerebro.
Pero el alcohol es riquisimo en medida e incluso dicen que trae también algunos beneficios la ingesta de alcohol previa a los alimentos.
ResponderEliminarEl alcohol causa daños, primero al los riñones, después al higado. Pero somos una sociedad educada con el habito de tomar alcohol. Sin duda hay que ponernos más en acción y evitar o disminuir su consumo, jeje
ResponderEliminarel alcohol antes de pasar a torrente sanguineo es un deshidratante al 100% de los tejidos es por eso la sed que da al consumir alcohol....
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